De (virtud) y Qi (energía vital): fundamentos del Camino Interno

El Qi Gong es una disciplina que no se orienta a la demostración externa ni a la obtención de resultados inmediatos. Su objetivo fundamental es el cultivo integral del ser humano mediante la regulación del cuerpo, la respiración y la mente. Cuando se establece la quietud interior, el practicante redescubre su propia estructura natural: la respiración se profundiza, la postura se armoniza y el corazón se abre a un estado de mayor claridad. Este proceso revela que el Qi (energía vital) es una capacidad inherente y que el De (virtud) constituye el principio organizador indispensable para su desarrollo ordenado.

En el contexto de las artes internas, el término De no hace referencia únicamente a la moral social, sino a un principio de integridad y coherencia interior. Representa la disposición correcta del carácter, el alineamiento de las acciones con los valores más elevados y la capacidad de mantener la rectitud incluso sin supervisión externa. El De actúa como raíz: sin él, el cultivo energético carece de dirección y puede derivar en desequilibrio; con él, la energía se organiza, se estabiliza y se vuelve fecunda. Por esta razón, toda práctica auténtica de Qi Gong comienza con la formación del carácter, la disciplina y la claridad de propósito.

El Qi (energía vital) es la consecuencia directa de un estado interno equilibrado. Aunque las técnicas de movimiento, respiración y atención son herramientas valiosas, su efectividad depende de la calidad del fundamento ético y mental del practicante. Cuando el De está presente, el Qi fluye de forma natural, sin necesidad de forzarlo. El trabajo sobre el Qi incluye fortalecer la vitalidad, armonizar las funciones corporales y desarrollar la sensibilidad interna. El trabajo sobre el De, en cambio, se enfoca en corregir los hábitos, regular las emociones y establecer un criterio firme y compasivo en la acción. La interacción entre ambos produce una transformación integral: la energía sin virtud se vuelve inestable; la virtud sin energía permanece incompleta. Su integración constituye la base del verdadero camino interno.


El proceso de entrenamiento exige constancia y una actitud consciente, alejada de la búsqueda de atajos. La práctica cotidiana, a través de la repetición metódica y la atención al detalle, ordena progresivamente al individuo: primero en el plano interno, liberando tensiones, equilibrando las emociones y clarificando la mente; después en el plano externo, modificando la postura, simplificando el gesto y otorgando a la mirada una cualidad más serena. Este proceso gradual es el verdadero fruto del Qi Gong y no la obtención de efectos extraordinarios o demostraciones espectaculares. Su resultado es la presencia: un estado estable de coherencia y lucidez.

El Qi Gong se fundamenta, por tanto, en la integración inseparable de De y Qi. Sin De, el Qi se dispersa; sin Qi, el De carece de soporte. La práctica ordenada conduce a un equilibrio integral que abarca la vitalidad física, la claridad mental y la rectitud ética. Esta síntesis constituye la meta de quienes siguen el Camino Interno y desean realizar, en la vida cotidiana, la unión de energía, mente y carácter.

Cuando el De se establece, el Qi se ordena.
Cuando el Qi se ordena, la mente se aquieta.
Cuando la mente se aquieta, el corazón se abre.
Y cuando el corazón se abre, la vida entera se convierte en Camino.

Escuela Superior de Qi Gong y Artes Internas
Extracto del libro “Encontrando el Origen del Cielo” – Maestro Matías Wan Hui Di

Respiración Interna y Vientre Dorado: El Fundamento del Qi Gong Verdadero


Autor: Maestro Wan Hui Di (万会帝)
Escuela Superior de Qi Gong y Artes Internas – Qi Gong Avanzado

 

Respirar como el universo: el retorno al centro

Entre los principios más antiguos del arte interno, se encuentra uno que nunca pasa de moda ni se relativiza con modas espirituales: la respiración verdadera nace desde el vientre.

Los Clásicos lo repiten con distintas metáforas, pero siempre apuntan a lo mismo: quien respira desde los talones, vive enraizado; quien respira desde el ombligo, transmuta; quien respira solo con el pecho, desperdicia su espíritu.

La tradición alquímica no deja lugar a dudas:

"Exhalando, corazón y pulmones; inspirando, hígado y riñones.
Exhalar es contactar la raíz del cielo; inspirar, la raíz de la tierra."

Este equilibrio entre Cielo y Tierra solo puede habitarse si el centro se activa. Ese centro está en el Dan Tian Inferior, ubicado en la profundidad del vientre, entre el ombligo y la columna, y es allí donde se gesta la llamada respiración interna, la única capaz de preservar la esencia, nutrir el Qi verdadero y cultivar el Shen (espíritu).

 

La respiración del feto: alquimia silenciosa

El Clásico del Patio Amarillo, texto fundamental en la meditación taoísta, dice:

“Frente al ombligo por delante y a los riñones por detrás, en el centro está el verdadero crisol de oro; este es el lugar de la respiración verdadera”.

Y continúa:

"Cuando sale la energía interior y entra la energía exterior, eso significa que el intercambio verdadero de la respiración interna se realiza."

Al principio, esta respiración es tosca. Se eleva el pecho, se agita la mente, y el cuerpo se siente dividido. Pero con el tiempo y el refinamiento, se asienta la respiración en el vientre, y un día, ya no se respira por la nariz ni por la boca, sino por el ombligo, como un feto en el útero.

Este no es un estado inducido artificialmente, sino el resultado natural del trabajo interno genuino. No se alcanza con técnicas de retención forzada ni con modas de respiración superficial: se conquista a través del silencio, la disciplina y la constancia.

 



Qi Gong Avanzado: una senda cultivada con firmeza

En la Escuela Superior de Qi Gong y Artes Internas, esta respiración no se enseña en los primeros niveles. Se reserva para aquellos practicantes que han cultivado su raíz, armonizado su eje y despertado la conciencia de los canales curiosos como Chong Mai, Dai Mai y Du Mai.

No basta con mover los brazos. Es el vientre el que respira, el que proyecta el gesto, el que modula el campo energético. Solo cuando el cuerpo ha sido purificado, el eje activado y la intención unificada, puede surgir la verdadera respiración interna.

"Con perfecta estabilidad en la respiración,
surge y florece el Qi verdadero,
y se revela el crecimiento interior."

En tiempos donde proliferan versiones diluidas de estas enseñanzas, es necesario restaurar la dignidad del arte. El Qi Gong no es espectáculo, ni entretenimiento, ni una moda pasajera. Es una disciplina ancestral que requiere respeto, estudio y compromiso.

En nuestra Escuela, cada técnica se transmite con la profundidad que merece, honrando el linaje y resguardando la pureza del método.


No hay anuncios para lo esencial.
Solo quien afina su oído interno percibe la enseñanza verdadera.
Aquí no se enseña para agradar. Se cultiva para despertar.

 

Maestro Wan Hui Di – Escuela Superior de Qi Gong y Artes Internas
Especialista en Qi Gong Avanzado, Yi Zhi Chan, Kong Jin y cultivo energético profundo
Enseñanza tradicional,  basada en la autenticidad, el trabajo profundo y la fidelidad al arte.



Ciclo Anual de Prácticas y Talleres: El Retorno al Centro

La desconexión del cuerpo, la dispersión mental y la fatiga emocional son síntomas de una vida acelerada, donde la esencia se disuelve en la prisa y la inercia. Recuperar la unidad interna es un desafío urgente. Este nuevo ciclo es una invitación a reconstruir el vínculo con la energía vital, a restablecer el equilibrio perdido y a redescubrir la potencia de la presencia.

Este no es solo un entrenamiento, sino un llamado a la presencia total. Enraizaremos la fuerza interna con Zhan Zhuang, exploraremos la potencia del Yi Quan, donde la intención guía el movimiento, y nos sumergiremos en la transformación profunda del Zhineng Qi Gong, liberando bloqueos y restaurando la fluidez esencial del ser. Además, incorporamos la práctica del Dao Yin y Yang Sheng Gong, esenciales para la regulación energética, la longevidad y la salud interna. Sumamos el entrenamiento de Yi Zhi Chan, profundizando en la concentración unipuntual, y el curso de Yi Zhi Chan, integrando la conciencia meditativa en la vida cotidiana.



La meditación será un pilar fundamental en este ciclo, una herramienta indispensable para calmar la mente, fortalecer la conciencia y permitir que la energía fluya sin obstrucciones. La práctica es un recordatorio de aquello que nunca nos ha abandonado: el ritmo de la vida en su estado más puro. Es el equilibrio entre la forma y el vacío, entre la acción y la no-acción.




Formaciones, Seminarios, Cursos e Instructorados Este año ofrecemos una estructura de formación completa, con distintos niveles de compromiso y profundidad:

  • Seminario de Qi Gong y Medicina Interna, donde exploraremos la relación entre las prácticas energéticas y la salud integral.

  • Cursos anuales de formación en Qi Gong, Taijiquan, meditación y prácticas avanzadas.

  • Instructorados, dirigidos a quienes buscan profesionalizar su camino en la enseñanza de estas disciplinas, con un enfoque en la transmisión auténtica y estructurada.

Inscripciones y Niveles Las inscripciones estarán abiertas hasta completar los cupos de cada día. Los grupos se organizarán según niveles de práctica:

  • Inicial: para quienes dan sus primeros pasos en la disciplina.

  • Medio: para quienes ya tienen experiencia y buscan fortalecer su base.

  • Avanzado: para quienes buscan un entrenamiento más profundo y exigente.

La puerta está abierta para quienes sientan el llamado. La energía nos reúne en un mismo latido, en una misma búsqueda de claridad, solidez y transformación.

El ciclo comienza. El círculo se cierra y se abre, como siempre ha sido.

Es hora de volver.

Un Nuevo Comienzo: El Despertar de una Energía Sin Límites

Hay momentos en la vida que nos transforman para siempre. No se trata de azar ni de casualidad. Es un llamado ineludible, un eco profundo que nos atraviesa y nos exige despertar. En ese instante, todo cambia. Lo que antes parecía suficiente deja de serlo. Se abre ante nosotros un sendero que demanda entrega absoluta.

Algunas puertas solo se abren tras innumerables pruebas. Algunos caminos no pueden ser simplemente transitados; exigen sacrificio, disciplina, entrega total del cuerpo, la mente y el espíritu. Este no es un camino para todos. Es para quienes eligen trascender, para quienes sienten que hay algo más allá de lo visible, un fuego interno que clama por despertar.

Mi travesía me llevó a China, a la cuna del arte que cultivamos. Pero no fue solo un viaje, sino un descenso a las raíces del Qi Gong y el Kong Jin. Lo que en Occidente apenas conocemos como una sombra tenue, allí se manifestaba en su forma más pura, más vasta, más inabarcable.




La Disciplina y el Camino del Guerrero

Los entrenamientos eran implacables. Cada día era una prueba de voluntad. Cuando el cuerpo exclamaba agotado, cuando la mente pedía tregua, solo quedaba una elección: seguir.

Aprendí que la energía no se cultiva con el simple esfuerzo físico, sino con una alineación total entre mente, cuerpo y espíritu. Que cada respiración, cada postura, cada instante de entrega, es un puente hacia algo más grande.

No se trataba solo de movimientos, sino de la transmisión de métodos precisos de emisión de energía, de fórmulas y conocimientos ocultos sobre cómo sanar y cómo guiar el ascenso de otros. Comprendí que el Qi Gong no es solo una práctica, sino una responsabilidad.

Somos custodios de un linaje que no nos pertenece. Guardianes de un conocimiento transmitido en secreto durante siglos. No es un don. Es una prueba. Y solo quienes lo honran con disciplina y respeto son dignos de portarlo.

Monte Taishan: La Prueba Final


Dicen los antiguos que quien asciende el Monte Taishan renace.


Cada escalón fue una enseñanza. Cada ráfaga helada en mi piel era una voz ancestral que susurraba lecciones olvidadas. Cada aroma de los templos centenarios, cada sonido de los árboles inclinándose al viento, cada piedra bajo mis pies, fue parte de un rito de paso.

No era solo una montaña. Era una prueba. Era la frontera entre lo que fui y lo que debía ser.

Cuando alcancé la cima, el mundo entero pareció detenerse. El aire vibraba con la presencia de aquellos que habían llegado antes que yo. No había palabras, solo la certeza de que algo dentro de mí se había transformado para siempre.


El Encuentro con el Maestro




Fue en este proceso de entrega total donde mi destino me llevó a conocer a verdaderos guardianes del arte, aquellos que resguardan el conocimiento ancestral. Entre ellos, el Maestro Wan Qin Guo, segunda generación de un linaje selecto, donde el ingreso de extranjeros es un honor que solo unos pocos han alcanzado.

Su presencia imponía respeto sin necesidad de palabras. Era la manifestación viva del Qi en su estado más puro, un hombre cuya energía trascendía su cuerpo y cuya sola mirada transmitía la profundidad de mil enseñanzas. No hablaba en exceso. No necesitaba hacerlo. Cada gesto, cada respiración, cada movimiento era una lección en sí misma.

Él observaba. Callado. Con la paciencia de quien sabe que el verdadero aprendizaje no llega con la inmediatez, sino con la constancia. Poseía el temple de aquellos que han recorrido el camino innumerables veces, y la claridad de quien ha visto más allá de lo aparente.

Su andar era firme, sin apresurarse. Su energía, serena y contenida, revelaba un dominio absoluto de su arte. No buscaba reconocimiento ni imponía su conocimiento, pero su sola presencia era un faro que atraía a quienes estaban listos para recibir sus enseñanzas.

Veía el esfuerzo, los sacrificios, el camino recorrido. Sabía que la verdadera maestría no radica en el talento, sino en la perseverancia de aquel que, sin importar cuántas veces caiga, se levanta una vez más.

Cuando hablaba, cada palabra era un golpe certero, directo al espíritu. No adornaba sus enseñanzas, no endulzaba la dureza del camino. Solo mostraba la verdad desnuda, porque entendía que solo aquellos dispuestos a enfrentarla podrían trascender.

Bajo su mirada, comprendí que no se trataba solo de aprender, sino de transformar el propio ser. Que la práctica no era un medio para alcanzar algo, sino el reflejo de lo que somos en esencia. Y que solo cuando el ego se disuelve, cuando la entrega es total, el arte revela su verdadero rostro.

Entonces, una mañana como cualquier otra, su voz quebró el silencio con la misma calma implacable con la que enseñaba. Me llamó por mi nombre.

Al acercarme, sentí en el aire una solemnidad distinta. No era una corrección más, no era una enseñanza técnica. Era algo más profundo. Su mirada era diferente, y en su expresión se leía un reconocimiento que no se entregaba con facilidad.

Y entonces, con la misma precisión con la que transmitía el arte, me concedió un nuevo nombre.

Wan Hui Di

  • Wan: el apellido de mi Maestro, que ahora porto con honor.
  • Hui: la generación a la que pertenezco dentro de su linaje.
  • Di: "emperador", como el Huang Di, el Emperador Amarillo, el fundador del conocimiento que hoy cultivamos.

"No es un título", dijo el Maestro. "Es un destino. No es un privilegio. Es una promesa. A partir de hoy, no caminas solo. Eres parte de algo más grande. Algo que no tiene fin."

Y lo comprendí.

Ese nombre no era solo mío. Era un estandarte.
Un faro que iluminaría el camino de todos aquellos que han elegido recorrer este sendero. Una responsabilidad que debía honrar con cada acción, con cada enseñanza, con cada respiración.





El Legado que Nos Precede

No elegimos este camino por comodidad.

Elegimos este camino porque el llamado es más fuerte que el miedo.

La tradición que nos fue entregada no es un adorno. Es un deber. Es la prueba de que el conocimiento solo se entrega a quienes están dispuestos a custodiarlo con respeto, a transmitirlo con conciencia, compromiso y paciencia.


No somos dueños de este arte. Somos sus guardianes temporales. Y nuestra única tarea es preservarlo y compartirlo con quienes estén listos para recibirlo.

Wan Hui Di

 



El guerrero contempla

 "Detén todo. Siéntate. Descansa. Yergue tu columna. Relaja tus ojos. Contempla el horizonte, sin fijar la vista en nada en particular. Deja vagar tu mirada por el infinito con serenidad. Eres parte del Universo, un hijo del Cielo, de la Tierra y del tiempo. Hermano del Sol y de la Luna. Tu existencia se entrelaza con todo lo que te rodea. Eres un componente esencial de este todo. Posees en ti todas las llaves de la felicidad, no busques más allá de tu ser.


Agradece al Supremo por cada vivencia, por cada aspecto de tu ser. Conéctate con tu corazón, percibe sus latidos. Inspira, escucha. Eleva tu ser y respira de nuevo.


Tu sonrisa iluminará el sendero que recorres..."

Los cultivadores del Qi

En la china antigua existían maestros a los que se los denominaban cultivadores del Qi ( energía vital) , que fueron transmitiendo sus técnicas y métodos a través del tiempo . Hay diferentes estilos pero todos ellos implican un trabajo duro y organizado en niveles, para ir evolucionando en la técnica y en la capacidad energética con el pasar de los años .




Cuando hablamos de energía o Qi no es todo lo mismo, este va a depender del nivel del practicante, de la técnica correcta, del grado de esfuerzo y el tiempo de práctica, también es muy importante de que linaje o estilo proviene el conocimiento.



El Qi tiene un flujo proporcional al entrenamiento y esa energía difiere según qué técnica utilice y la formación previa, eso hará variar también la penetrabilidad del Qi hacia capas más profundas (el cuerpo tiene varias capas energéticas) . De esto viene generalmente cuando vemos los movimientos involuntarios de los pacientes; si la energía trabaja en capas más superficiales pueden tener muchos movimientos tendino-musculares, si va más profundo pueden tener movimientos viscerales, si en la carga de la energía de riñón pueden sentir sueño profundo y si trabaja en el qi de la sangre pueden sentir mucho calor interno acompañado de transpiración intensa, etc.

Además de la penetrabilidad el qi tiene también cualidades, el flujo de qi va expulsando del cuerpo del terapeuta diferentes partículas (según su nivel de aprendizaje) cómo ser energía electromagnética, infrarroja, iones negativos (activan células madre) ,Infra sonidos,etc .

El cultivador va recibiendo energía de la naturaleza y por medio de técnicas va modulando esa energía y adaptando el cuerpo para ir agregando cualidades a su energía.



Por lo expuesto, no todos los cultivadores son iguales ni todos son cultivadores, los resultados terapéuticos son proporcionales al esfuerzo.

Mis Maestros me enseñaron: " si tomas agua de la fuente para beber, algún día esta se acabará”, los cultivadores cavamos muy profundo para encontrar el "origen", el agua más pura y con mayor reserva ". La calidad y los efecto del Qi gong, dependerá siempre de cuan profundo hayas cavado.


A.J

Wu De “Moralidad Marcial” 武 德

Un buen maestro te llevará al camino correcto y te ayudará a construir un fuerte fundamento para tu entrenamiento futuro. Un maestro no cualificado, sin embargo, no sólo no te ayudará a construir un fuerte fundamento, sino que incluso te podría enseñar malos hábitos. Además, un buen maestro siempre dará buen ejemplo a sus estudiantes con una buena virtud espiritual y moral. Los buenos maestros de artes marciales, no sólo enseñan técnicas marciales, sino también una manera de vivir.

En la sociedad china se sabe que el éxito de un estudiante no se determina por su apariencia externa, o por lo fuerte o débil que sea, sino mas bien por la manera de pensar del estudiante y por su moral. Los artistas marciales chinos tienen un proverbio: “Un estudiante buscará durante tres años un buen maestro y un maestro examinará al estudiante durante tres años”.

Desde el punto de vista del maestro, es muy difícil encontrar buenos estudiantes. Cuando una persona acaba de iniciar sus estudios, es normalmente muy entusiasta y sincera, y parece estar preparada para aceptar la disciplina y el comportamiento adecuado. Sin embargo, con el paso del tiempo y de forma gradual, se va comportando como es realmente, y a veces es bastante diferente de cómo actuaba al principio. Por esta razón los maestros observarán muchas veces por lo menos tres años, y examinarán periódicamente  a sus estudiantes antes de decidir si pueden confiar en ellos y transmitirles los secretos de su estilo. Esto ha sido así especialmente en tiempos antiguos, cuando las artes marciales se utilizaron en guerras y las técnicas de lucha se mantenían en secreto.

La moralidad marcial se llama “Wude”, y desde hace mucho tiempo, para los maestros, el Wude es el criterio más importante para juzgar a sus alumnos, considerándola la parte más importante del entrenamiento de las artes marciales tradicionales chinas. El Wude incluye dos aspectos, lamoralidad del acto y la moralidad de la mente, cada una de ellas con cinco elementos importantes:

La moralidad del acto incluye humildad, respeto, rectitud, confianza y lealtad.

La moralidad de la mente incluye voluntad, resistencia, perseverancia, paciencia y valor.

Tradicionalmente, sólo aquellos estudiantes que han cultivado estos estándares de moral son considerados aptos para recibir la enseñanza. De los aspectos de moralidad, la moral de los actos es la más importante, la razón para ello es muy simple: la moralidad del acto se refiere a la relación del estudiante con su maestro, con sus compañeros de clase, con otros artistas marciales y con el público en general. Aquellos estudiantes que por sus acciones no se merecen la enseñanza son considerados faltos de confianza e incluso de respeto.

Además, sin moralidad del acto podrían abusar del arte y utilizar su habilidad para dañar a gente inocente. Por esta razón, los maestros observarán cuidadosamente y durante mucho tiempo a sus alumnos hasta que puedan estar seguros de que éstos corresponden a sus estándares de moralidad del acto antes de empezar un entrenamiento serio.

La moralidad de la mente es para la cultivación propia que se necesitará para alcanzar el objetivo final. Los chinos parten del supuesto de que tenemos dos mentes: una emocional y otra pensante. Normalmente, cuando una persona no logra algo, es porque la mente emocional ha dominado la mente pensante. Los cinco elementos de la moralidad de la mente son las claves hacia el entrenamiento y conllevan al alumno al estado donde la mente pensante puede dominar. Esa auto-cultivación y disciplina es el objetivo de la filosofía del auténtico entrenamiento marcial chino que se enseña en las escuelas de artes marciales tradicionales.           


 



La Moralidad del Acto

Humildad

Qiānxū


La humildad proviene del control de tus sentimientos de orgullo. En China se dice: “La satisfacción pierde beneficios y la humildad los gana”. Cuando estás satisfecho contigo mismo no habrá profundos pensamientos y no estarás predispuesto para aprender. Sin embargo, si permaneces humilde, siempre buscarás nuevas maneras de mejorarte y podrás continuar aprendiendo.

Acuérdate de que no hay límites de conocimiento. No importa lo profundo que hayas llegado, pues siempre existe un nivel más profundo. Confucio dijo: “Cuando pasean juntas tres personas, uno seguramente podría ser mi maestro”.

Siempre hay alguien que tiene más talento y conocimientos que tú en algún campo. Si esto es así, ¿cómo puedes estar orgulloso de ti mismo?

 

Respeto

Zūnjìng


El respeto forma el fundamento de la relación con tu maestro, con tus compañeros de clase y con otros artistas marciales. El respeto mas importante es el auto-respeto, porque si no te puedes respetar a ti mismo, ¿cómo podrás respetar a los demás? Ahora bien, el respeto se deberá merecer, no se debe exigir.


Rectitud

Zhèngyì


La rectitud es una manera de vida. La rectitud se demuestra cuando hay algo que debes hacer, y no dudas en hacerlo, y cuando hay algo que no deberías hacer, y no te involucras en ello. Tu mente sabia o pensante debería ser la dominante, no la emocional. Si lo logras, podrás ser espiritualmente claro y evitarás ser molestado por sentimientos de culpabilidad. Si puedes demostrar este tipo de personalidad, podrás evitar influencias malignas y ganarás de manera natural la confianza de otros, especialmente la de tu maestro.

 

Confianza

Xìnlài


La confianza incluye merecerla y confiar también en uno mismo. Debes desarrollar una personalidad en la que otros podrán confiar. Por ejemplo, no deberás hacer fácilmente promesas, pero si las has hecho, deberás cumplirlas.

Confianza es la llave para la amistad. Es difícil ganar la confianza de un amigo, pero es muy fácil perderla. Confiar en uno mismo es la raíz de la confianza.

Debes aprender a construir tu confianza y demostrarla externamente, sólo entonces podrás ganar la confianza y el respeto de otros. En China se dice: “Aquellos que se respetan a sí mismos, serán respetados, y aquellos que confían en sí mismos, serán confiados”.

 

Lealtad

Zhōngchéng

La lealtad es la raíz de la confianza. Deberás ser leal a tu maestro y a tus amigos, y ellos deberán ser leales hacia ti. La lealtad hace crecer la confianza mutua.

En el entrenamiento de las artes marciales chinas es especialmente crucial que exista lealtad entre alumno y maestro. Esta lealtad se construye sobre un fundamento de obediencia hacia tu maestro. La obediencia es un requisito para el aprendizaje. Si quieres honestamente aprender, deberás deshacerte de tu dignidad, deberás subordinarte a tu maestro mental y espiritualmente; sólo así se abrirán las puertas de la confianza.

Un maestro no enseñará a nadie que esté siempre preocupado por su dignidad.

 

La Moralidad de la Mente

Voluntad

Yìzhì

Normalmente lleva un tiempo demostrar una fuerte voluntad, ello es debido a la lucha entre la mente emocional y la mente pensante. Si la mente pensante gobierna todo tu ser, podrás suprimir disturbios que provienen de la mente emocional y tu voluntad permanecerá. Una fuerte voluntad depende de la sinceridad con la que te entregas hacia tu objetivo. Ello deberá provenir de tus profundidades interiores y no puede ser casual, o un vago deseo.

Tantas veces los alumnos que demuestran la mayor diligencia para aprender en el comienzo, son los primeros en dejarlo, mientras que los que esconden su diligencia muy en su interior, permanecen el mayor tiempo.

Resistencia

Rěnnài


Perseverancia

Yìlì


Paciencia

Xìngxīn

La resistencia, la perseverancia y la paciencia, son las manifestaciones de una fuerte voluntad. La gente con éxito no es siempre la mas lista, pero sí la mas paciente y perseverante.

Las personas que son realmente sabias, no utilizan la sabiduría sólo para guiar sus pensamientos, sino también para gobernar su personalidad. Cultivando estos tres elementos, gradualmente se construye una profunda mente que es la llave par la más profunda esencia del aprendizaje.

Si sabes utilizar tu mente para pensar mientras te entrenas, podrás llegar a un más profundo estado de comprensión. Si puedes manifestar esta comprensión en tus acciones, podrás sobrepasar a otros.

 

Valor

Yǒngqì

Muchos artistas marciales serán abatidos fácilmente por luchadores de la calle, incluso después de diez años de entrenamiento. La razón de ello es muy sencilla: las circunstancias en las que se entrena la gente, normalmente difieren mucho de las que hallarán en esos encuentros en los que se juegan la vida en una lucha mortal.

Un artista marcial real deberá tener el valor de enfrentar tal situación sin vacilar y así su estudio no será en vano. Si no puedes desarrollar tu coraje para manejar una situación así, te habrás equivocado en el objetivo original de tu entrenamiento. No debes olvidar que las artes marciales, además de sus innumerables valores deportivos y otras facetas, son ante todo un Arte Marcial creado para salvaguardar la integridad física de sus practicantes.

 

W. Tao.



Introducción al Sable estilo Chen


El sable permite avanzar en conceptos como el recorrido espiral de la potencia para expresarla de forma explosiva (fajín).
Si se practica con relajación y con la intención adecuada y a partir de Dantien,
el cuerpo se mueve como una sola unidad y las diferentes extremidades se comportan de forma sincronizada dirigiéndose cada una al punto adecuado
Dicen que el sable fue la primera arma relativamente corta utilizada en Tai Chi.
Es un arma concebida para la guerra, con un solo filo, larga y  pesada, que ha de ser esgrimida
con la ferocidad del tigre, pero guiado con el espíritu del dragón.
Por ello se dice que debido a la potencia necesaria en su técnica el sable es Yang como el dragón, pero que su práctica es Yin como el tigre.
La forma de sable ayuda a desarrollar la energía dentro de la calma, pues exige una máxima
coordinación de todo el cuerpo con la hoja, fluir con la inercia de cada movimiento y expresar el fajín dentro de la relajación con multitud de movimientos impulsados por la fuerza espiral,
actuar con la intención y actuar con el espíritu marcial o Shen.

Modalidad: Presencial.

Precio: (Consultar).

Lugar: Haedo

Inicio: Sábado (febrero).

Nivel Requerido: Preferentemente conocer el Jiben gong (ejercicios básicos) de Tai Chi Chuan.

Objetivos: El curso esta diseñado y orientado a introducir al alumno en el manejo básico del “sable de taichi”, logrando un aprendizaje preciso y progresivo, equilibrando de esta manera cuerpo y mente

Dirigido a: Principiantes que deseen aprender una forma completa de Sable estilo Chen de Tai Chi Chuan.


Inicia: Febrero 2023

Sábados 9:00 Hs






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